miércoles, 2 de junio de 2010

Aplicación para iPhone permite hacer llamadas entre teléfonos móviles sin gastar minutos


Se trata de una actualización de la versión de Skype para el teléfono inteligente de Apple.


Los creadores de la aplicación Skype, que permite la comunicación entre usuarios por medio de texto, audio e incluso video a través de computadores y celulares, actualizaron la versión para el teléfono inteligente iPhone, con la que es posible realizar llamadas utilizando la conexión 3G de estos teléfonos móviles.

Hasta el momento, el popular servicio telefónico, a través de voz sobre IP (Internet), sólo podía emplearse en el iPhone si el usuario tenía acceso a una red Wi-Fi. Con el cambio, es posible recibir y hacer llamadas de Skype a Skype, así como llamar a teléfonos fijos y móviles de todo el mundo, con tarifas económicas; sólo se requiere tener un plan de datos.

Para usar Skype se necesita la versión 3.0 del sistema operativo iPhone OS o una más avanzada, y es preciso contar con un iPhone de cualquier versión o con un iPod Touch a partir de la segunda generación.

Según afirmó la compañía, las llamadas entre usuarios de Skype a través de 3G serán gratuitas durante un periodo de prueba, que irá hasta finales del 2010.

PERDONAME

Era un día muy soleado, hermoso como hace muchos días no lo veía, por esta razón decidí salir a dar un paseo, luego de unas cuantas horas de caminar decidí tomar un descanso y pase por una cafetería y allí tome asiento, pedí una limonada que por cierto fue muy refrescante ,depronto di una mirada rápida a una mesa cerca de la que yo estaba, pero entonces volví a mirar porque vi a la persona que jamás pensé volvería a ver, aquella persona era mi primer amor, mi primera ilusión y primer sufrimiento, estaba cambiado pero sin embargo no perdía aquella esencia de elegante y de caballero que me enamoró, el no me había visto pero yo lo divisaba sin que él lo notara, no quería que él me viera así que le pedí a la mesera que viniera para que yo le pagara a ella y yo no tuviera que ir a la caja a pagar porque entonces él, se daría cuenta, y así fue le page a la mesera, pero cuando ya me iba a ir note la cuenta más alta de lo que yo sabía que era, entonces no tuve más remedio que ir hasta la caja a hacer el reclamo, y como lo había pensado yo, me vio. Estaba nerviosa, él se quedo mirándome y su amigo también, note que los dos me reconocieron ya que el amigo fue compañero de colegio de ambos, el amigo, llamado Marcelo me llamo y no tuve excusa para no ir a saludarlo, dialogamos un cuantos minutos, hasta que ¡ah! Le pidió a él, me saludara o es que acaso no se acordaba de aquellos inolvidables momentos de los que él fue testigo muchas veces, se notaba que no me quería saludar pero sin embargo lo hizo, con un hola, tan frio y tan obligado que en ese momento quería salir corriendo de allí, pero Marcelo me pidió que me quedara con él un segundo mientras iba al baño y luego pagaba la cuenta, fue algo muy extraño era un total silencio pero con ganas de romperlo, yo no me aguante y le pregunte como estaba, me respondió que bien pero al verme no tanto, que todo el sufrimiento que le cause sigue intacto e imborrable, fue muy desagradable escucharlo, me hablaba con tanto desprecio y tanto dolor que mi corazón estaba rompiéndose por dentro y estaba que lloraba como nunca pero me aguante y simplemente le dije que me dejara explicarle muchas cosas que en el pasado no pude, pero no hoy sino otro día, él se quedo callado y no me decía nada , yo lo observaba y me daba cuenta de que no había cambiado casi en nada, seguía igual de simpático y atractivo como en el colegio, hasta que subió la mirada y me dijo: - ¿Para qué? ¿Para causarme más dolor?, pero he aprendido a soportar el dolor y no guardar rencor, y si quieres que no veamos otra próxima vez, está bien, he querido siempre saber que fue lo malo que te hice, para que tú me hicieras lo que me hiciste, acabado de decir esto, planeamos la hora y el día y el lugar, restaurante zazo , pasado mañana, a las 12:30 de medio día y así quedamos, me despedí y le pedí me despidiera de Marcelo y salí de allí lo más rápido que pude.
Sentada en mi cuarto mirando hacia la ventana cuando se vino a mi mente tu recuerdo, y todos los momentos que compartimos cuando éramos la pareja mas envidiada del colegio, todo aquel amor que sentíamos el uno por el otro y por un momento aquel cuento de hadas que daba vueltas en mi mente se desvaneció con tan solo una lagrima que rodo por mi mejilla al recordar que todo acabo por mi culpa, por haberte dejado por alguien que me pinto las cosas más maravillosas del mundo pero que solo eran palabras, y simplemente jugo conmigo y perdí a la persona que mas amor me había dado y que yo también había amado demasiado pero por no tener el mismo dinero que tenía el, es decir Romano, del cual quiero su nombre se borre de mi mente y hacer de cuenta nunca existió, lo deje sin darme cuenta el tesoro que perdía, cuanto me arrepiento.
Llego aquel día planeado para verme con él, me levante muy tempano e hice arreglos de la casa y luego me puse mi mejor vestido, mis mejores zapatillas, mi mejor arreglo en el cabello, me emperfume, me pinte los labios y salí dispuesta a dar todo de mi, tome el primer bus que paso y me baje una cuadra antes de la del restaurante, me arregle el cabello y me mire toda.
Yo estaba nerviosa.
Es que simplemente no sabía cómo tratarte luego de tanto tiempo, habían pasado 10 años.
Me fui caminando lentamente al restaurante, para así tranquilizarme.
Al llegar solo pude ver rostros desconocidos, me percaté que unos ojos buscaban a alguien entre la gente, luego se posaron en mí, y pude ver en ellos restos de lo que eras tú.
Me acerqué a ti y quedé impactada, estabas muy bello. Al comienzo solo hablamos de cosas triviales.
Yo te oía pero no lograba verte a los ojos.
Cuando ya estábamos terminando la cena, mis ojos se toparon con los tuyos y unas lágrimas comenzaron a caer por mi rostro. Y pude ver que no ya no había nada de rencor en los tuyos, a pesar de lo mal que me había portado contigo, estabas diferente a hace unos cuantos días,
Acerqué mis manos a las tuyas y lo único que pude decir fue..
-Perdóname-
Tú simplemente sonreíste.
Le explique las cosas y una y otra vez le pedí a perdón, el me escuchaba y me sonreía, el también me conto algunas cosas que me oculto en el pasado, fue una charla muy fluida y hasta me hacia reír con sus bromas, ¡ no cambiaba!.
Nos despedimos y al final nos dimos nuestros números de teléfono, dijimos que quedaríamos en contacto, ahora solo somos amigos, solo espero que él pueda olvidar totalmente lo que le hice y de pronto volver a ser lo que fuimos en el pasado, pues mi amor sigue tan fuerte como hace 10 años, no sé cómo estará el de él.
FIN